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Bolívar (2010), en su
artículo el liderazgo
educativo y su papel en la mejora: una revisión actual de sus posibilidades y
limitaciones, da cuenta de 14 estudios realizados en chile
con base empírica que rescatan la importancia del liderazgo educativo en el
logro de buenos resultados escolares. Los mismo confirman la importancia del
liderazgo directivo, docentes en el resultado de los aprendizajes, rendimientos
académicos y ayuda a esclarecer las características que debe poseer para ser
eficaz.
Actualmente, el
reto es crear instituciones que aseguren, a todos los
estudiantes en todos los lugares, el éxito educativo, es decir, una buena
educación, estos centros educativos
deben garantizar a todos los alumnos los aprendizajes imprescindibles y la
gestión directiva de la escuela estará para hacerlo posible, centrando los
esfuerzos en las metas administrativos y
pedagógicos. Pero en oportunidades la dirección se limita solo a la gestión
administrativa y descuida u obvia la misión que es el aspecto pedagógico en
proceso enseñanza y aprendizaje.
Lo primero que
se debe reconocer, es que se está ante múltiples problemas tales faltas de infraestructuras,
mobiliarios, equipos y quizás uno más delicado que es la de tener en este medio
recurso humano con poco vocación, por tal motivo se demanda liderazgos académicos de distinto
tipo. En
el contexto intraescuela se requiere de un verdadero líder innovador que equilibre sus dos gestiones y incentive el
poder de la vocación en sus estudiantes, provocándoles una sensación grupal de
destino, en el cual sus acciones, según sus capacidades, siempre son
significativas e importantes en la consecución de un mismo propósito; maestro
abierto, que establece con sus alumnos una relación de resonancia, capaz de
sentir sus necesidades, conflictos, esperanzas y miedos. Ese tipo de maestro que
respeta siempre la autonomía del aprendiz y emplee más tiempo en tratar de
mediar situaciones constructivas de conocimientos.
En este mismo orden de idea, el líder docente debe estar muy
dispuesto a reconocer sus equivocaciones y a permitir que sus alumnos tengan
experiencias significativas. Animarlo para que escuche su propia voz interior,
es fomentar la reflexión, la autocritica. Por consiguiente, el auténtico
maestro líder es un timonel, un catalizador, un facilitador, un agente del
aprendizaje, incentivador de la curiosidad y la habilidad para formular
preguntas. El logro de la
calidad educativa requiere de un maestro innovador, con actitud de liderazgo,
que hagan surgir de su subconsciente la voluntad y la motivación para
desempeñarse con eficiencia, que quiera lo que haga y contagien con su
entusiasmo a sus estudiantes para que aprendan, que tenga la apertura de un
aprendiz permanente, que cifre expectativas de aprendizaje en sus estudiantes,
expectativas que transformaran la
educación.
Los líderes en
las instituciones educativas se enfrentan a la responsabilidad por actividades
tales como: supervisión, capacitación y evaluación de los profesores, mantenimiento
de la planta física; atención a los alumnos y sus familias; la promoción y
captación de alumnos; la comunicación organizacional, la organización de
eventos, entre otros aspectos. Lo que demuestra que ser líder en una
institución requiere una variedad de características como: paciencia, un buen
sentido de humor, la habilidad de motivar, organización, persistencia,
honestidad, responsabilidad, visión, con amor y preparación haciendo que el proceso educativo se convierta
en una actividad dinámica, expresiva y transformante.
Este liderazgo educativo
iniciara con el
director, quien como líder administrativo debe tener las destrezas, el
conocimiento, atributos para entender y mejorar la organización, implantar
planes operacionales, aplicar procesos y
procedimientos administrativos. Tienen a
su cargo la parte operacional de la
escuela con el propósito de lograr la visión, la misión, las metas y los objetivos institucionales.
De acuerdo a lo anterior, el líder administrativo, estimula
la participación, promover el cambio,
crea el ambiente de colaboración y deben promover la participación activa y continua de todos los constituyentes
de la comunidad escolar: Padres, Madres y Representantes, Comunidad en general,
relaciones con Organismos, Consejos Comunales entre otros, lazos de colaboración necesarios para mantener el desarrollo continuo; de esta forma, el cambio y la innovación que se produzcan como parte
de las gestiones administrativas realizadas van a llevar a un mejoramiento continuo de acuerdo
a las expectativas de todos los miembros
de la institución, orientadas hacia el ofrecimiento de servicios
educativos eficaces y eficientes.
El
director de escuelas tiene ante sí el gran reto de cultivar
efectivamente la comunicación, así como también la funciones de: planificar, utilizar los
recursos sabiamente, tomar decisiones,
coordinar el personal docente y administrativo, ejercer liderazgo, utilizar
técnicas y prácticas gerenciales,
diagnóstico, seguimiento y control de los aspectos pedagógicos de los alumnos
y facilitar los cambios que permitan a
la institución responder a las
necesidades de la sociedad. Para esto,
tiene que estar continuamente llevando a cabo la labor de organización, dirección y control
para monitorear el logro de los objetivos
establecidos y las metas trazadas.