MI MENTOR DECÍA, "VAMOS A HACERLO", EN VEZ DE "HÁZLO.". QUÉ PODEROSO ES CUANDO ALGUIEN DICE, "¡VAMOS!". JIM ROHN

martes, 20 de marzo de 2012

LA CONVICCIÓN DE UN LÍDER PARA LA SOCIEDAD QUE ANHELAMOS.


(Liderazgo, Poder y Autoridad)

Balza Neida
Hernández Alida
Mejías Gregoria
                                                                Quevedo Laureana

Las instituciones sin distinción a la función que desarrolle, se enmarcan en un contexto de constantes avances, que requieren estar inmersos en una economía con alto grado de competitividad enfatizado en el capital humano.
De tal modo, que se exige nuevas tendencias para enfrentar los altos niveles de incertidumbre y cambios acelerados en su organización, por esta razón no pueden seguir funcionando desde perspectivas individualistas, sino en equipo con individuos capaces de abordar con creatividad e innovación cualquier situación, de allí la necesidad de contar con lideres que posean el poder de influir o mediar entre las personas para que logren aceptar su compromiso y lo asuman como un reto para el bienestar  colectivo.
Por consiguiente, la función de los lideres que se requieren en cualquier  entornos tienen que ser vistos como un servidor de sus seguidores, protagonista, gestor, con la función de potenciar las interrelaciones y generación de expectativas que se deriven de los participantes,  sobre todo creador de un clima de confianza, donde se logre con el ejemplo y actitud, siempre con la visión fijada en los objetivos que se tracen.
Bajo esta misma perspectiva los retos según los cambios de paradigma en las organizaciones requieren de líderes que puedan adaptarse a los nuevos tiempos donde el éxito estribe principalmente en demostrar con su carisma, seguridad, responsabilidad, una buena gestión  de tu propio tiempo, entrega por una buena causa que conlleve a la transformación de la misma.
Ante este contexto se requieren de personas que tengan presente la evolución política, social, económica, tecnológica y legal, en que actúan las organizaciones y su aplicabilidad, estos deben ser proactivos que valoren y aprovechen el potencial de cada uno, inspirados todos con una visión compartida, sin considerar la posición que ocupe en la estructura organizativa. Sin lugar a  duda todo  gerente debe tener la  capacidad  de liderar  su grupo de trabajo, manteniendo motivación,   con el propósito  de alcanzar las tareas sin el descuide de las relaciones humanas,  construyendo su autoridad en base  a la participación,  consecución,    organización, para lograr   la satisfacción de las necesidades de todos los integrantes de la misma.
En  este sentido  es necesario descubrir  al líder como  agente de cambio, con capacidad de gestión para lograr una sinergia en el equipo de trabajo, no solo para  adaptar estilos de liderazgo, sino  también identificar gerentes que sean lideres, utilizando actitudes positivas ante sus seguidores, para la transformación  que  nos conllevara  a evolucionar  ante la sociedad  que nos converge.
De tal manera, que   el liderazgo depende  directamente  de la capacidad de construir   de forma solida  nuestra autoridad, y no así el poder, por lo que se debe buscar  liderar un equipo de trabajo, mediante la aceptación voluntaria  de la autoridad  del líder por parte del grupo.  Por lo que en cualquier contexto la fuente  de aprendizaje  más valioso del líder está en la retroalimentación directa, y a pedir  a otros que evalúen su actuación  o solicitar consejos y opiniones, estos  tomando en cuenta que no son signos de debilidad, por el contrario son elementos que fortalecerán al líder y a su liderazgo.
Concluyendo con lo antes expuesto,  y haciendo referencia a   la  diferencia entre poder y autoridad, definiciones que en la actualidad siguen vigentes y tiene mucha aplicabilidad al momento de hablar de liderar un equipo. Madero (1999),  define poder como “la capacidad de forzar o coaccionar a alguien, pese a no estar de acuerdo, haga tu voluntad debido a tu posición o tú fuerza”. En la actualidad se evidencian gerentes que utilizan su poder, estableciendo castigos por no cumplimiento de responsabilidades y metas trazadas a las personas bajo su cargo, lo cual hace que los funcionarios hagan sus tareas por temor más que por involucramiento, convicción o gusto, como se ve, en un mundo cambiante y complejo se hace cada vez más difícil reunir todas las características, virtudes y conocimientos de un líder.
Pero lejos de buscar superhéroes, hoy necesitamos líderes hacedores de líderes, quienes con mucha humildad y grandeza sepan compartir y generar ámbitos de aprendizaje permanente, con capacidad de consenso. El liderazgo de hoy es compartido y alternativo, va cambiando de mano de acuerdo al que más sabe y en función de las necesidades. Y transformaciones de la actual sociedad.


BIBLIOGRAFÍA

González, M. (2007). La Educación y el Liderazgo Educativo. Revista
Educere. Editorial Universidad de Los Andes. 36 (73-80). Mérida – Venezuela.

Madero, B. (2003). Diferencias y Similitudes entre Liderazgo, Poder y
Autoridad. Disponible en:

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