Autores:
Alecci Montilla
Regina Beuses
Gioconda Herrera
Degnis Vergara
Guido Acevedo
El
liderazgo no es una ciencia, sino un proceso de hacer las
cosas a través de personas, por lo tanto, significa responsabilidad.
Asimismo, el liderazgo es el influenciar a los otros, por el medio de una serie
de destrezas que toda persona puede aprender y desarrollar si articula el deseo
adecuado a las acciones apropiadas. La persona que desarrolla y articulas
dichas destrezas es conocida por todos como el “Líder” y es la más eficiente
para ejercer sobre los demás individuos de una comunidad cierta influencia,
mediante estímulos adecuados que conducen a la ejecución de los propósitos del
grupo.
En
el caso de nuestra sociedad, toda persona tiene oportunidad de dirigir en
alguna manera una determinada actividad para lo cual posee ciertas habilidades.
Son por ello múltiple los líderes dentro de una comunidad. Pero entre éstos hay
los que conducen y coordinan la acción de todos o de una gran parte de la
comunidad para alcanzar no ya fines particulares, sino fines generales que a todos
interesa, usando el poder para influir en los pensamientos y las acciones de
dichas personas. Este poder usado por el líder, puede ser definido como la
capacidad de forzar o coaccionar a alguien, pese a no estar de acuerdo, haga su
voluntad debido a su posición o su fuerza. Muchos gerentes utilizan su poder,
estableciendo castigos por el no cumplimiento de responsabilidades y metas
trazadas a las personas bajo su cargo, lo cual hace que los funcionarios hagan
sus tareas por temor más que por involucramiento, convicción o gusto.
Esto
es muy diferente a la autoridad que pueda ejercer el líder, ésta entra en juego cuando se está usando una
posición para controlar a otra persona o lo que ella está haciendo. Weber
define autoridad como el arte de conseguir que la gente haga voluntariamente lo
que tú quieras debido a tu influencia personal. La autoridad consiste en
conseguir que las personas hagan la voluntad del líder de manera voluntaria, es
decir, porque se les ha pedido que lo hagan y no porque se les ha amenazado
sino lo hacen. Es importante subrayar que poder se define como una capacidad,
mientras que autoridad se define como un arte.
El ejercer poder no exige inteligencia, destreza
o valor, así como no es meritorio en el gerenciamiento o liderazgo. Sin embargo,
desplegar un nivel de autoridad sobre las personas requiere el desarrollo y
aplicación de destrezas adicionales. Se puede estar en una posición de poder en
una organización y no tener autoridad, y viceversa. Puedes tener poder por el
hecho de ocupar un alto cargo, de heredar mucho dinero o tener muchos conocidos
influyentes, esto no vale para la autoridad. La autoridad tiene que ver con lo
que tú eres como persona, con tu carácter y con la influencia que has ido
construyendo sobre las personas.
Los líderes tienen que
entender que las personas les siguen por diferentes tipos de razones. Pero la Influencia , el Poder y la Autoridad son las tres
principales razones. Los Líderes deben ser conscientes de
cómo lograr que los demás hagan lo que hay que hacer. Ya sea que utilice la Influencia , el Poder o la Autoridad , en un momento
dado, tendrá un gran impacto en la respuesta de sus seguidores.
El liderazgo lo posee una persona en
calidad variable. No se tiene en su totalidad, ni se posee en absoluto. El liderazgo
no posee nada en si mismo que le asegure valor. El mérito de cualquier líder
depende de tres factores:
· El grado en que su idea o invención satisfaga a una necesidad real.
· El grado en que sea capaz de inducir a las personas a aceptarla.
· El criterio de las personas en seleccionar entre las muchas ideas
presentadas, las que atiendan a sus necesidades o en escoger, entre varios
líderes a los que deban seguir.
La propia definición de liderazgo enumera ya
varias características, entre las cuales se tiene: Capacidad de
comunicarse. La comunicación es en dos sentidos. Debe expresar claramente sus
ideas y sus instrucciones, y lograr que su gente las escuche y las entienda.
También debe saber "escuchar" y considerar lo que el grupo al que dirige
le expresa; es decir, debe tener y manejar la inteligencia emocional. Salovey y
Mayer (1990) definieron inicialmente la Inteligencia Emocional
como “la habilidad para manejar los sentimientos y emociones propios y de los
demás, de discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar el
pensamiento y la acción”.
Los sentimientos mueven a la gente, sin inteligencia
emocional no se puede ser líder. Para dirigir un grupo, hay que saber a
dónde llevarlo. Sin una meta clara, ningún esfuerzo será suficiente. Las metas
deben ser congruentes con las capacidades del grupo. De nada sirve establecer
objetivos que no se pueden cumplir, por lo tanto debe tener capacidad de
planeación. Una vez establecida la meta, es necesario hacer un plan para llegar
a ella. En ese plan se deben definir las acciones que se deben cumplir, el
momento en que se deben realizar, las personas encargadas de ellas, los
recursos necesarios, etc.
El líder efectivo
tiende a ser afirmativo e impersonal en un ambiente más estructurado, mientras
que da mayores libertades a los miembros y apoya amablemente en una situación
menos estructurada. A pesar de las divergencias que puedan existir, los
miembros del grupo conservan entre sí un lazo de solidaridad que conducen al
acuerdo sobre las cosas fundamentales. El grupo, como unidad de los individuos
en él comprendidos, toma el nombre de "Colectividad". El líder dentro
de esta colectividad no es un individuo, sino el representante de la voluntad
de todos.
Water M Lifton, Trabajando con Grupos. México (1976), afirma:
Nadie
puede llegar a ser jefe si representa ideas y actitudes que están más allá del
conocimiento actual del grupo o de su aceptación. El mejor jefe es aquel que
ayuda al grupo a alcanzar la meta deseada. Para ello, necesita ayudar al grupo
a examinar ideas que están en relación con sus intereses
Por lo tanto, la
tarea de definir el perfil del Líder de cualquier institución, es decir, los
rasgos que expresan su identidad y que le diferencien de otros líderes
tradicionales no podrán desechar al sistema de relaciones que lo ligan con
dicha institución ni de su papel protagónico dentro de la misma, tampoco podrá
limitarse a una extensa lista de características personales o profesionales.
Nos preguntamos, entonces, ¿Cómo a de ser, ese hombre?, ¿Cuáles deberán ser sus
atributos? Tal vez sea aquí donde debamos detenemos y reflexionar.
En nuestra opinión
grupal el líder o los líderes que conduzcan a cualquier institución, sobre todo
educativa, deben ser ciudadanos justos, equilibrados, sinceros, respetuosos,
que propicien el intercambio, optimistas, perseverantes y sobre todo
comunicativos. No demagogos. Podríamos señalar otras características no menos
importantes: modesto, con moral, con modales decentes, con juicio, para hacer
sentir su superioridad sin humillar, de humor igual, para ser siempre el mismo
con la gente que tenga bajo sus ordenes, desinteresado, prudente... Entendemos
la necesidad de un ser humano libre, analítico, capaz de protestar, corregir,
denunciar, preguntar, creativo, capaz de inventar el futuro, el ser humano, de
la no-violencia. Este es el líder que deseamos.
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