Alecci Montilla
Guido Acevedo
Regina Beuses
Degnis Vergara
Gioconda Herrera
De acuerdo al Documento UNESCO (2005) titulado: “El liderazgo docente en la
construcción de la cultura escolar de calidad: Un desafío de orden superior”, expresa
que unas de las principales problemáticas presentadas por el liderazgo docente
radica en lo concerniente a las reformas educativas propuestas, que desde los
años noventa buscaba mejorar la calidad de la enseñanza partiendo de la autonomía
de las escuelas en América Latina y la profesionalización docente, con políticas
para incentivar el desarrollo educativo.
Por otro lado se destaca el rol que han ejercido los gobiernos, los cuales
han entorpecido el éxito de esta reforma educativa, ya que los cambios fueron
direccionados desde un enfoque institucional sin tomar en cuenta a los maestros
como actores principales del hecho educativo.
Es importante en esta parte del Análisis el concepto emitido por Prieto
(1989), “La persona reconocida por todos como eficiente para ejercer sobre los
demás individuos de una comunidad cierta influencia, mediante estímulos
adecuados que conducen a la ejecución de los propósitos de grupo, recibe el
nombre de líder” (p.13). Esta cita surge de la inquietud contrastante entre los
maestros y su interés en asumir el liderazgo de sus escuelas, y la actitud
pasiva de seguir modelos impuestos desde el Estado. Esta sumisión tiene características
promovidas por el gobierno para mantener bajo control el sistema educativo,
mediante políticas centradas en los intereses ideológicos del Estado.
Finalmente las políticas
educativas implementadas en los países Latinoamericanos tienden a alejarse de
las organizaciones modernas, cuyo objetivo es la búsqueda de nuevos procesos
orientados al liderazgo de los maestros en el cambio social y educativo. Ahora
bien, en el contexto latinoamericano se sacrifica la calidad por encima de los intereses y necesidades de
la población. Es válido y se mantiene vigente el pensamiento de Beltran Prieto
Figueroa que dice:
Los grupos exigen a sus líderes
que sepan administrar justicia, que tengan honradez y buena fé y que sepan
colocar por encima de sus propios intereses los intereses del grupo, que los
defiendan con calor y energía, poniendo en alto a los valores que constituyen
la razón de su acción, revelandose siempre valeroso en la defensa de sus
convicciones y en la defensa de su grupo” (p.40)
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