Aurora Acosta;
auroracosta1@gmail.com
Carmen Rojas; cauroca2010@hotmail.com
Dalia Gonzalez;daliaynes@gmail.com
José Ramírez; jrdomo@hotmail.com
Yimi Rondón; jimirondon@hotmail.com
La Investigación que se planteo
Antonio Bolívar, trasciende de lo simple
que puede verse desde una primera dimensión lo que implica el Liderazgo, va
hacia la complejidad del objeto como tal, sus incidencias en los diferentes
ámbitos de acción dentro de un contexto educativo, desde lo administrativo,
pedagógico, socio-comunitario y gubernamental; sin embargo el papel o las acciones de los docentes en los
países (Chile-España) que el mismo toma como referente en su estudio lejos esta
de coincidir con lo requerido dentro de estas realidades y necesidades, se puede inferir son similares a los demás
países aunque con una intención distinta, por aquello de que cada educación
debe adecuarse a los requerimientos de su entorno. La Burocracia y el carácter
técnico administrativo de los sistemas educativos (marco jurídico), han venido generando como consecuencia la
deshumanización y la desvinculación del directivo, gestor, responsable de las
instituciones educativas con la verdadera intención de las mismas, como lo es
lograr una educación de calidad e integral que cubra las expectativas y
demandas de la población infantil y adolescente que se encuentra dentro de
esta.
Constituye entonces el liderazgo
pedagógico de los directivos un factor crítico de primer orden en la mejora de
la educación, en el siglo XXI el objetivo es crear escuelas que aseguren, a todos los
estudiantes en todos los lugares, el éxito educativo; es decir, una buena
educación (Darling-Hammond, 2001). Los centros educativos deben garantizar a
todos los alumnos los aprendizajes imprescindibles y la dirección de la escuela
está para hacerlo posible, centrando sus esfuerzos en dicha meta; por lo tanto
podemos decir que el compromiso de la educación y de cada uno de sus autores y
actores se apuntala hacia la calidad educativa y la humanización e integración de lo pedagógico,
fortalecimiento del valor de la corresponsabilidad en todos y todas dejando
claro que educar de modo significativo y trascendental es el objetivo a conseguir,
pero resaltando el papel de aquellos que dirigen en
este nuevo orden se centra la gran responsabilidad ya que son los dinamizadores
del sistema construyendo la capacidad interna de formación y desarrollo
profesional.
Es importante destacar que para algunos
investigadores o estudiosos del área de Liderazgo educativo tales como (Pont, Nusche y Moorman, 2008) sitúan
a éste como el segundo factor interno a la escuela que más relevancia tiene en
los logros de aprendizaje, tras la acción docente de su profesorado, por lo
cual se quiere transcender de una dirección burocrática concentrada en la
administración del establecimiento, a un liderazgo educativo centrado en los
aprendizajes (Day, Sammons y Hopkins 2009; Macbeath y Nempster, 2009) (learning-centered leadership); todo esto impacta en los aprendizajes ya existen estudios que lo
certifican a continuación se señala uno del mundo anglosajon (Waters Marzano y
McNulty, 2003; Leithwood y Jantzi,
2008; Leithwood, Louis, Anderson y
Wahlstrom., 2004; Robinson, 2007). Estos investigadores concluyen
que, dentro de todos los factores internos de la escuela, después de la labor
del profesorado en el aula, el liderazgo es el segundo factor que contribuye a
lo que aprenden los alumnos en la escuela, explicando alrededor de un 25% de
todos los efectos escolares. Los líderes generalmente contribuyen al
aprendizaje de los alumnos indirectamente, a través de su influencia sobre
otras personas o características de su organización
En relación a la regulación legal-jurídica en lo que
respecta al sector educativo se puede asegurar que Chile ni España han dado un
sitial significativo a los directivos, se les considera solo personal administrativo
sin ningún tipo de incidencias en el aprendizaje de los estudiantes, dada esta
situación se mecanizan las acciones del Equipo Directivo y se orienta a dar
respuestas a oficinas de tipo que
solicitan información técnica elemental, dejando a un lado la esencia de las
Instituciones Educativas como lo es enseñar para la vida.
En cuanto a Venezuela y su posibles coincidencias
con las situaciones acá descritas, en la práctica el personal docente que asume
responsabilidades de dirigir las instituciones educativas se desligan de
cualquier actividad pedagógica, esto se da producto del sistema
técnico-administrativo que envuelve esta función en el sistema educativo, desde
los actores del sistema no ven al Directivo en un alto porcentaje unido a la
función de liderazgo, su función se reduce al cumplimiento actividades burocráticas,
y a su vez el nivel jerárquico superior lo evalúa en función al cumplimiento de
entrega de recaudo dentro de un lapso de tiempo previamente establecido, el
rendimiento académico recae directamente sobre los docentes de aulas los cuales
a su se evalúan según las habilidades y destrezas que hayan podido lograr
desarrollar y fortalecer en el grupo que tienen a cargo, sin embargo el marco
legal del ejercicio de la profesión docente sugiere la integración de las
actividades administrativas pedagógicas, al igual que la fundamentación
epistémica del diseño curricular, por consecuencia requiere la Educación
venezolana el compromiso ético de los docentes
para hacer coincidir la educación plasmada desde lo filosófico, sociológico,
psicológico y legal con la práctica docente; ya que los sistemas se activan a
través de las acciones de los individuos y somos los responsables por tanto de
la Calidad e Integralidad de la Educación.
Referencia
Bolívar, A. (2010). El liderazgo educativo y su
papel en la mejora: una revisión actual de sus posibilidades y limitaciones.
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